Límites en cuarentena

Poner límites, todo un desafío. Padres y madres sobrecargados, hijos hastiados. Flexibilidad, empatía, contención, respeto y amor, claves estos días.

¿Quién decide?

108273270Exigir no es una mala palabra. Es más, su existencia es saludable y forma parte de la crianza. Los padres tienen sueños e ideales para sus hijos desde antes que nazcan, que los chicos los necesitarán para crecer y construir su propia identidad. Se nutren de los anhelos de los padres pero para construir sus propios anhelos.

La firmeza es un valor para la crianza. Tengamos presente que una actitud de sobreprotección y de culpa ante la exigencia más que una actitud totalitaria es una actitud claudicante. Los límites no dañan, y los actos de autoridad son necesarios. Un padre «psicologista» es, en realidad, un padre poco ejecutivo.
No se debe explicar a un chico de 2 años porque no debe tocar un enchufe, como no se le puede explicar a un bebé de 8 meses porqué no debe dormir en la cama con mamá y papá. No le podemos consultar si desea o no dejar la teta, la mamadera o el chupete.

Las familias que funcionan en asambleas, parecen las más permisivas pero en realidad son las más exigentes, obligan a sus hijos a que tomen decisiones que corresponden a los padres.

Los hijos tienen derecho a que no los conviertan en «adultos» antes de tiempo, tienen derecho a que sus padres tomen decisiones.