Padres que viajan por trabajo

482143689Se suben al avión, al tren o al auto. Saludan mirando atrás y aunque un hijo los despida pataleando, siguen adelante. Viajan por trabajo, no tienen elección, pero si es importante reflexionar sobre esta particular forma de vida…

El enojo o la angustia de los hijos es uno de los temas que más preocupan cuando una mamá o un papá tienen que viajar, si además los padres cargan en su equipaje un bolso lleno de culpa, la angustia de grandes y chicos se multiplica y puede trastornarlo todo. No tiene por qué ser así.

En muchas familias, los viajes de los padres son una rutina incorporada. Como hacer que la experiencia no sea una tragedia?

Depende de la manera en que se habla previamente y del ánimo de la persona que se queda a cargo de los chicos.

En primer lugar, hay que asumir algo que a muchos padres les cuesta: los chicos tienen derecho al mal humor. Cuando se le anuncia al chico el viaje, hay que estar dispuesto a escuchar sus quejas, preguntas y protestas. Aunque esto no cambie los hechos, da lugar a que se sienta reconocido.

La reacción de los chicos varía según la edad en un espectro que va desde la posible angustia de un bebé hasta la felicidad de un adolescente por librarse por uno días de los “plomos” de los padres.

Con un bebé es tranquilizador mantener el ritmo cotidiano, hasta los 8 meses los chicos no pueden entender que el que se fue, vuelve. La ausencia provoca angustia. Se puede explicar la situación con objetos o situaciones concretas. Por ejemplo, cuando papa regresa trae esos alfajores que tanto te gustan!

Otro tema importante es el lugar de la cama, que es siempre de los padres aunque uno de ellos no esté presente. Hay padres que invitan a los chicos a dormir con ellos porque necesitan compañía, sin darse cuenta que los perjudican.

Con los adolescentes puede ser un alivio que se vayan los padres, siempre y cuando la persona que se queda a cargo no se vuelva más controladora en nombre del padre que está lejos.

La manera en que los chicos viven esta separación momentánea con alguno de los padres está directamente relacionada con el modo con que lo sobrellevan los adultos.

Si ellos transmiten con convicción la necesidad de emprender ese viaje y lo asumen plenamente, no hay terreno para la culpa y la manipulación.

No son pocos los padres que reciben una lista cada vez más larga y costosa de regalitos, los padres suelen sentir que hacer regalos es una compensación, los regalos siempre son bienvenidos, pero lo interesante es que los den mostrando que eligieron tal o cual cosa pensando en los gustos del hijo y no en cubrir una falta, el mensaje sería: “en cada lugar que estuve pensé en vos”.

Lo que esencialmente los chicos necesitan es sentir que “tienen un lugar importante en el interior de los papás”, es fundamental en la formación de una persona saber que hay alguien que la piensa. De todos modos, aunque se haga todo lo que hay que hacer, siempre puede haber una protesta. No esta mal. A los hijos les cuesta aceptar que no son lo único importante en la vida de los padres. Acostumbrarse a que papá o mamá no estén por unos días es un tramo de ese camino de pequeños desprendimientos que los ayudará a crecer.